Lo que viene, lo que viene…

Faltan 10 días para la partida y mi vida es todo ansiedad y matemáticas. No aguanto el calor, no aguanto Buenos Aires (más bien la odio), no aguanto las cosas que vienen pasando en estos últimos dos meses en el país y además pensar que la vida va a cambiarme por completo imaginensé que tengo un tornado dentro mío. Dejo trabajo, dejo país, no tengo fecha de regreso y eso me hace tan feliz y a la vez me genera muchísima ansiedad porque, a pesar de haber podido viajar bastante, esto es diferente.

Este proceso que viene dándose hace bastante que culminó en el tan soñado «mah si, dejo todo y me tomo el palo» ha llegado a su fin -o comienzo- y elegí, sin quererlo aunque soy cabulera, el 29 de febrero. Y quería contarles un poco mis planes. Me encanta hacer planes de viaje, aunque también me gusta que exista la posibilidad de que vayan a desarmarse en algún punto.

El primer mes surgió como vacaciones. Se me sumaron dos amigas con las cuales vamos a estar en Madrid, Ibiza, Barcelona, Burgos, Donostia-San Sebastián, París, Ámsterdam, Bruselas, Londres, Roma y vuelta a Madrid. Muy contenta de repetir París y Roma porque siento que no alcanza la vida para conocerlas.

En la segunda etapa, en solitario, me quedaré en Madrid unos días más con una amiga que vive ahí, iré unos días hacia el sur (Jaén, Granada, tal vez Sevilla) para después ir a mi querida Ginebra y recorrer un poquito los alrededores del Lago Leman a dedo. Si consigo una buena oferta volaré a Belgrado (ya saben lo que eso significa para mí, no?) bajando hacia Sarajevo, Mostar, Dubrovnik y Split, donde tengo pensado cruzar a Italia hasta llegar a Milán a visitar a mi amiga Patrizia y desde ahí irme a Moscú, donde quiero estar el 9 de mayo para presenciar el Desfile del Día de la Victoria.

La tercera etapa sería instalarme los tres meses que me permite la estadía en Rusia. Acá ya vamos bajando un cambio, uno de los países más interesantes del mundo me espera y yo no puedo esperar para comérmelo con los cinco sentidos. Además de lo que vaya surgiendo, quiero pasar por San Petersburgo y Volvogrado (antigua Stalingrado, la de la famosa batalla).

La cuarta etapa es la que más espero ansiosa porque es la que tiene que ver con mi proyecto Reconstruyendo Yugoslavia. A recorrer aquel territorio que fuera un país soñado para muchos, provocador de nostalgias y polémicas. Mi idea es instalarme el mayor tiempo posible en cada uno de los países que constituyeron Yugoslavia, muy especialmente en Serbia y en Bosnia, los que más me gustan. Hablar con la gente, escuchar historias, recorrer pueblos donde sucedieron batallas cruentas y quien sabe, este recorrido algún día se anime a salir en libro. Sería mi sueño mayor en este proyecto.

¿Tengo miedo? Si, claro. Y mas que nada en el ámbito laboral-financiero. Un día me levanto y siento que me voy a comer el mundo y ♪no te preocupes mas oh-no, mantén el movimiento♪ y otros días siento que voy a andar con el palo y la bolsita al hombro como El Chavo del Ocho. Aun así, seguramente el camino proveerá.

Y si alguno me lee y también tiene miedo recuerden:

  1. Si sienten que tienen muchas dudas, lean blogs de viajes. No hay nada que los vaya a inspirar mas a cumplir sus sueños que la gente que lo hace en la vida real.
  2. Este viaje lo voy a hacer totalmente con pasaporte argentino. No tengo doble nacionalidad de nada por lo que tendré que entrar y salir cada tres meses del Espacio Schengen si es que decido quedarme por ahí un buen tiempo. Grabensé a fuego: TENEMOS UNO DE LOS MEJORES PASAPORTES DEL MUNDO. Podemos entrar sin visa a aproximadamente 129 países (y en los otros no tenemos mayores problemas para conseguirlas). Aunque vivamos renegando de nosotros mismos, somos muy queridos en todo el mundo y una simple mención al Diego puede dar lugar a cualquier anécdota bizarra. Bueno, ahora se agregó Messi, pero no lo nombro porque me cae medio mal.
  3. Voy a dejar el trabajo más seguro del mundo. Aunque en ese ámbito en la Argentina de hoy en día nadie tiene la vaca atada (es de público conocimiento la cantidad de despidos a mansalva en el Estado) no me fue fácil porque es un trabajo que siempre quise tener, en el que estoy hace siete años y medio, trabajé con temáticas maravillosas, he cumplidos sueños y proyectos y tengo compañeros de oro. Fue la decisión más difícil y es lo que mas voy a extrañar.
  4. Está buenísimo viajar acompañado, pero viajar en solitario es una de las mejores cosas que le pueden pasar a un ser humano y es un camino de ida.
  5. Y si aún tienen miedo, es natural. Pero que no los paralice.

Acá los dejo. Yo con mi ansiedad y la lluvia -por fin!- de fondo. Los espero en este humilde espacio conurbano.

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